Thursday, November 10, 2011

anan Abdu: Los abusos de Israel a los Derechos Humanos en nombre de la ‘Seguridad’

"La seguridad de Israel" es la vaca sagrada de la calle y el gobierno israelí. Prácticamente todas las manifestaciones de racismo israelí dirigida a los ciudadanos palestinos, así como los que viven bajo la ocupación en Cisjordania y Gaza, están comprendidas en esta consigna elástica.

2011-02-04 05:19:17 / Fuente: Janan Abdu, The Guardian (Traducción: Palestinalibre.org)

"La seguridad de Israel" es la vaca sagrada de la calle y el gobierno israelí. Prácticamente todas las manifestaciones de racismo israelí dirigida a los ciudadanos palestinos, así como los que viven bajo la ocupación en Cisjordania y Gaza, están comprendidas en esta consigna elástica. En nombre de este lema, las organizaciones israelíes de derechos humanos que trabajan para exponer las prácticas del Estado y el ejército han sufrido recientemente las restricciones impuestas sobre ellos.A mi esposo y otros prisioneros palestinos se les niegan los derechos básicos y son sometidos a maltratos en prisión.
El caso de mi marido Ameer Makhoul, que ha recibido un considerable apoyo y cobertura mediática local e internacional, se ha desarrollado en ese contexto. Su arresto tuvo lugar el 6 de mayo de 2010, pero la historia se remonta a la época del ataque israelí contra Gaza en diciembre de 2008 y la muerte de miles de sus habitantes.
En ese momento, las calles de Palestina, del mundo árabe, y del resto del mundo se indignaron con las fotos de la matanza de niños y la destrucción de Gaza. Hubo manifestaciones, marchas y protestas. Fue entonces cuando Ameer fue secuestrado por el Shabak (Servicio General de Seguridad, también llamado Shin Bet), el servicio de seguridad de Israel, para ser interrogado sobre sus actividades y trabajo político. Después de varias horas fue puesto en libertad, en medio de la noche, con la advertencia de que caminaba por una delgada línea al incitar a los jóvenes, sin embargo todo lo que estaba haciendo era permitirles tomar conciencia de su identidad nacional.
Se le dijo que la próxima vez que fuera arrestado para ser interrogado, tendría que despedirse de su familia por un largo tiempo. El 6 de mayo, el servicio de seguridad de Israel cumplió con su amenaza. A las tres de la mañana, nuestra casa en Haifa fue asaltada por policías y personal armado de seguridad. Ameer, nuestras dos pequeñas hijas, de 12 y 17 años, y yo fuimos despertados por un violento golpear en la puerta. Ameer fue arrestado delante de nuestros ojos.
Fue trasladado al centro de interrogatorio de los servicios de seguridad en Petaj Tikva. Durante 12 días, sus derechos legales básicos, reconocidos por el derecho nacional e internacional, fueron violados, incluido el derecho a ver un abogado y un médico independiente. Cuando estvo enfermo, se rechazó la petición para un análisis de sangre. Sólo después de que el equipo de defensa legal, en consulta con nosotros, la familia, decidió boicotear la corte, se les permitió ver a Ameer. Lo encontraron estresado y en malas condiciones físicas. Estaba claro que desde su arresto había sido sometido a un interrogatorio cruel e inhumano. Esto claramente se puede definir como tortura.
Su confesión fue obtenida bajo estas condiciones. El 27 de mayo 2010 Ameer fue acusado de espiar para Hezbollah. Desde entonces, ha permanecido en una prisión israelí con más de 7.000 presos palestinos acusados de delitos similares contra la seguridad. Estamos a la espera de los resultados del juicio y el veredicto de los jueces.
No solamente los acusados de violar la seguridad en Israel, son castigados - su familia y la comunidad también lo son.
Ameer está siendo juzgado en medio de una ola de racismo contra los palestinos. Un reciente informe de las organizaciones israelíes B'tselem y HaMoked, relata los diversos abusos contra los derechos humanos en el mismo centro de interrogatorios de Petah Tikva, donde se demuestra que han existido por lo menos 645 denuncias presentadas por los detenidos durante su permanencia en la instalación, y sin embargo ninguna ha dado lugar a una investigación penal. De hecho, estas mismas organizaciones israelíes están siendo atacadas por el Parlamento israelí (Knesset) debido a su trabajo en la denuncia de las prácticas de las diversas instituciones del Estado, incluida la policía, los servicios de seguridad y el ejército.
El Parlamento dio un paso más en esta dirección, con el anuncio de la creación de una comisión parlamentaria para investigar el trabajo de las organizaciones de derechos humanos. Además, el gabinete de seguridad israelí decidió prorrogar por otros seis meses la prohibición de la reunificación de las familias palestinas, cuando los cónyuges son árabes israelíes o habitantes de la Franja de Gaza, Cisjordania o los Estados árabes. Esto significa que el sufrimiento y la fragmentación de estas familias continúa bajo el pretexto de la "seguridad de Israel".
En estas circunstancias difíciles, Ameer acordó llegar a un acuerdo judicial con la fiscalía, en la que la sentencia se limitaría a entre 7 y 10 años. De acuerdo a los expertos legales, si Ameer no fuera un activista político que participa en conferencias y foros internacionales, el acuerdo habría sido más favorable para él.
Ameer sigue en juicio. La gran pregunta se mantiene: ¿puede el poder judicial y el jurado abstraerse de la atmósfera prevaleciente para entregar un veredicto justo?
Este artículo fue escrito antes de la sentencia del Domingo 30 de Enero, en la que Ameer Makhoul fue encarcelado durante nueve años
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